Vergonya

Només girar el carrer, i allà estava. Assentat al aparador d’una botiga, d’aquestes que tenen un esglaó, que no estan a ran de terra, i que en hi ha tantes a la meva ciutat. Era un de tants dels que havia vist aquell dia. Dels molts que proliferen per tots els carres, sigui quina sigui la barriada. Començava a fer-se fosc. Era una tarda d’hivern que no feia massa fred, Ell ocupava tot l’aparador, en aquell esglaó fred, potser de marbre blanc, que tot just es veia, ocupat com estava per ell i la seva roba escampada. Sigue leyendo

Un día fatídico

¡Por fin en casa!, pensó. Había sido un día horrible. Estaba muy angustiada. Después de un rato de luchar con su conciencia, su cabeza le decía: la dieta, la dieta, la dieta…, abrió la caja convencida de que iba a darse un atracón histórico de chocolate y así aplacar su desazón. Pero cuál fue su sorpresa al abrirla y descubrir que sólo quedaba un bombón, un único, triste y hasta ridículo bombón. Se veía tan pequeño en esa gran caja vacía. Suerte que al menos era de su chocolate preferido: puro chocolate negro y relleno de licor,—¡algo ayudará!, pensó. Sigue leyendo

Chica poco convencional

No me gusta ir a la peluquería, me resulta irritante estar ahí tanto tiempo esperando, para que me hagan algo, que con las herramientas adecuadas, yo podría hacerme en casa en la mitad de tiempo, lejos del incesante parloteo de las clientas, con ese elevado tono de voz. Pero eso las demás chicas no pueden entenderlo, ellas lo ven como algo genial y estupendo, ya que mientras están allí, no tienen que aguantar a sus familias que son, para ellas, un pequeño lastre que no las deja respirar.

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