Instintos (inspirado en el libro » El perfume»)

Jean Baptiste vino al mundo en una epoca no exenta de drama social. Las clases más bajas, sometidas a una pobreza extrema hacían lo que podían para sobrevivir.
El momento de su nacimiento fue en la calle, encima de un suelo frío de piedra. Tan tosco y oscuro como el cuchillo de pescado que cogió su madre para cortar un cordón umbilical que más que emocionarle le importunaba.
Jean salió disparado, después de múltiples contracciones, por la vagina  para acabar en un rincón con cientos de tripas de pescado. Al no llorar, su madre pensó que había muerto. Se tapó la sangre que emanaba por sus muslos con los anchos y remendados faldones y siguió vendiendo pescado.
El bebé se movía lentamente como una serpiente, se impregnó del aroma putrefacto aunque salino, y fue la sal quién le sanó los arañazos que había sufrido durante aquella carnicería a la que le habían sometido.
Su madre no se preocupó de el hasta que llegó la hora adecentar un poco la calle de visceras y agallas.
El ya no estaba allí, el destino quiso fuera reptando hasta dar con una buena aunque pobre samaritana que aunque no podía cuidar de él lo dejo a las puertas de un convento.
Jean Baptiste, fue así como le llamaron, creció a lo largo, que no a lo ancho, alimentándose básicamente de leche aguada y gachas.
Desde pequeño pocas palabras usó, ninguna lágrima, ni cuando los curas usaban con él la Bara por desaparecer de la abadía. El los miraba con esos ojos oscuros y tristes y no decía nunca nada. Lo único que hacía era agarrarse el pelo y colocarse el flequillo enmedio de la cara para evitar el contacto con los demás. Mientras, los otros lo miraban de arriba a abajo sin entender cómo había sobrevivido aquel ser tan alto, delgado y esperpéntico.
Poco le importaba! El desdichado tenía un don y era que su olfato era excepcional.
Fui así como se convirtió en un gran perfumista en París.
Era un mago al mezclar flores con aromas de mujeres que escogía cuando, su nariz encontraba olores únicos para él.
Jean Baptiste quitaba una vida a cambio de un aroma.
No cualquiera, uno de los más espectaculares.
Era lo que tenía que hacer, seguir su instinto.

Como siempre había hecho desde su nacimiento.

Sònia Deixens – 26/11/2023

La Máscara – Capítulo II. Abrelatas.

Sobre Monstruos Reales y Humanos Invisibles

Introducción:

La aventura continúa y lo que fue un pequeño experimento junto a mi buen amigo Andrés Cadena se está convirtiendo en una humilde serie de animación online. Como ya comenté la semana pasada, procuraré publicar el texto original que escribí junto a la adaptación audiovisual para que se vea cómo se ha adaptado y para hacer la experiencia más cercana a todos aquellos que me seguís. Espero que disfrutéis de la serie, el texto y, como siempre, estaré más que encantado de poder comentar cómo ha ido la adaptación y qué os parece este pequeño proyecto en el que me he embarcado.

La Máscara – Capítulo II. Abrelatas.

Capítulo:

Texto Original:

“Todo saldrá bien, todo va a salir bien”.

El sonido de aquel vetusto mensaje se convirtió en mi única compañía mientras observaba las solitarias calles de la ciudad. Me  estaba deleitando con aquel silencio cuando un remolino de…

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El cine y yo

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Per Montserrat Baduell Latorre

Está bien, lo confesaré… amo el cine. Lo amo desde que tengo uso de razón. Quizá ahora, por las responsabilidades adquiridas con los años, no puedo dedicarme a él como antes, pero, no por eso, he dejado de adorar el séptimo arte.

Entre mis primeros recuerdos están las sesiones dobles en cines de barrio, los maratones de pelís de Tarzán o de cuentos de Disney, amenizadas siempre con las palomitas de rigor. En aquellos tiempos ir al cine era relativamente barato. Te pasaban dos películas, estabas entretenido unas cuatro horas y volvías a casa con una satisfacción que no veas y el pompis cuadrado. Aparte de que tus progenitores agradecían que sus churumbeles hubieran estado tranquilos toda la tarde. Sigue leyendo

Los huéspedes de la Pensión Leonardo

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La última semana del mes de enero siempre era la más dura del año, este solo acababa de empezar.

Un mes con cinco lunes con lo que yo los detestaba y un día 31 que caía justo en la mitad de la semana. Hasta que ese día llegase las facturas comenzarían a acumularse. Las guardaba bajo llave en el cajón del mueble de bambú que presidía la entrada de la pensión. No porque tuviese miedo de que alguien las robase sino más bien de que pudiesen adivinar las penurias que sufríamos cada final de mes para poder mantener aquel negocio abierto. Sigue leyendo

Joel Maniviesa: «Me refugiaba en miles de historias imaginadas»

Resistencia Cultural

Jueves, 05-04-2018 Jose Ramón Vera

Se somete a nuestras preguntas Joel Maniviesa, o cómo firma sus novelas, Daniel Lerma Vilanova, autor de la novela Recuerdos que se deben olvidar.

¿Desde cuando sabes que querías ser escritor?

Desde que tuve la necesidad de contar cosas y expresar pensamientos. Si la pregunta es desde que año, te diré que desde muy pequeño. En muchas ocasiones te callaban la boca de forma autoritaria y eso hizo que me refugiara en miles de historias imaginadas, donde yo ponía un principio y un final, siempre según el estado de ánimo que yo tuviera.

Háblanos un poco de tu obra. ¿Cuantos libros tienes escritos? ¿Y publicados?

IMG_20171217_191431_503 Joel Maniviesa

He escrito una novela de ficción romántica policíaca y publicada. El resto ha sido solo micro relatos. En cuanto a mi novela cúyo titulo es Recuerdos que se deben olvidar, trata de la relación entre…

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