N O V A T O

Por Daniel Lerma Vilanova
A Einstein se le atribuyen frases muy ingeniosas e inteligentes una de ellas fue: <<Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo>>.

Sigo con Einstein y su famosa teoría de la relatividad. Ésta alteró nuestra manera de concebir el espacio, la energía, el tiempo y tuvo incluso repercusiones filosóficas, eliminando la posibilidad de un espacio/tiempo absoluto en el universo.

Con la teoría de la relatividad especial, y copio texto de su biografía, la humanidad entendió que, lo que hasta ahora había dado por sentado, que era una constante, el tiempo, era en realidad una variable y no sólo eso, sino que el espacio también lo era y que ambos dependían, en una nueva conjunción espacio-tiempo, de la velocidad.

Lo más importante es entender como el tiempo depende en realidad del movimiento, de la velocidad. Eso fue, lo que lo cambió todo.

Debajo del triángulo, el ojo que todo lo ve, está el cono, ese cono suspendido en el espacio/no espacio, dónde el tiempo no existe, no pasa, pero está pasando y ha pasado.

Allá, como en una sala de cine están preparando el rollo de película. Dónde se proyecta la gran obra del universo, de la humanidad, en el que el principio y el final se confunden, se mezclan y superponen.

El guion está escrito, los actores preparados, el titulo también: <<La humanidad está perdida>>.

Una cara nueva, desconocida en el papel principal, un novato sobre el que caerán las críticas de los que se atreven a criticar, de los que solo critican.

Él lo intentó. Sí. Fue enviado por su padre y fracasó. Sabía que era un novato inexperto, pero lo envió. Ya te curtirás—le dijo—no tengo prisa. No existe el tiempo. Todo está igual. Desde el cono, lo veo todo, desde el principio hasta el final. Pero tú has de practicar. Y la historia de los hombres te encumbrará o envilecerá. Unos te adorarán y otros te sacrificarán. Por eso tienes que practicar. Te llamarán de distintas maneras, según los pueblos, pero todos te utilizarán, y tú callarás y te matarán. Pero volverás con otro nombre con otra misión, hasta que ya no les sirvas para sus fines. Revivirás y volverás de donde viniste, con más experiencia, pero todavía no estás preparado. No has logrado el propósito para el cual te han encomendado.

Sufrirás y padecerás, porque te han puesto una piel sensible sobre ese cuerpo humano hecho a imagen y semejanza del gran hacedor. Y llorarás y sudarás sangre y tus carnes serán atravesadas por culpa de la imperfección del ser humano.

Pero tú, eres un novato enviado para enseñar, pero no sabes. Has bajado desde el cono, donde el tiempo no existe y te han dado el vestido de ellos para que te acepten, para que te parezcas a ellos, para que los enseñes ¿es la tercera o cuarta vez que bajas y siempre pasas por lo mismo?

• ¡Siempre igual!— te lamentas;dolor, sufrimiento, penalidades, confusión.

Pero tú no aprendes, eres un novato ¿Por qué te envían una y otra vez?, ¿hasta cuándo?, ¿cuánto durará esa inexperiencia?, ¿Cuándo te impregnarán de la sabiduría que emana del ojo que todo lo ve, que todo lo sabe?

¿Por cuantas civilizaciones humanas has pasado a dar tus clases de paz, amor, sabiduría y comprensión? Por muchas, ¿verdad?

¡Qué paciente y obediente que eres y que abnegación!

¿Podría hacerte una pregunta? ¿Si te revelas y un día dices que no, que no bajas, vamos, que te quedas ahí en el cono, sin hacer nada o jugando al parchís con…no se…? ¿Quién hay ahí, Buda,  Gandhi, Beethoven, Einstein?, ¿te pasaría algo, tienes miedo a las represalias?