Nada es lo que parece. Humor y amor bajo el cielo de Granada

        taurus  Granada era su hogar, ese lugar en la tierra donde él se encontraba feliz y contento. Salim echó una mirada a su alrededor y comprobó que todo estaba en orden. Sus concubinas dormían tranquilas y sus guardianes estaban firmes y atentos en sus puestos.

          Los vigilantes eran necesarios para semejante harén, y aunque originalmente tenían nombres propios, él decidió cambiárselos, educarlos y hacer con ellos lo que quisiera, caparlos si era necesario, para eso los había comprado.

          Al más bajo y de complexión fuerte le puso de nombre Sansón, al de porte majestuoso Nabucodonosor (aunque él le llamara Nabu ), al de melena frondosa León y al que parecía un líder Abbás. De momento no necesitaba más.

          Eran curiosa sus formas de dormir todas tenían una pose diferente. Esa noche despertó a Rebeca y le dijo al oído lo solo que se encontraba a pesar de estar rodeado de una multitud.

          Le explicó que vivían en un lugar privilegiado; Granada, donde las estrellas tienen nombre propio. La llevó a un lugar idóneo bajo el cielo estrellado y allí bajo la inmensidad de la bóveda terrestre le hizo el amor. Después le explicó el significado de cada una de las constelaciones.

          Dirigiendo su cabecita hacia el cielo le dijo afablemente:

-Rebeca esa de ahí es Sagitario, mi signo; todos los nacidos bajo este signo suelen ser sinceros pero poco sutiles. Guárdate de ellos cuando te digan: «te voy a ser sincero». Por cierto si me preguntas con quién me lo pasé mejor, te diré que con Yandira, aunque tú no estás mal y también me lo he pasado bien.

          Salim continuó su charla entre susurros para no despertar a las demás.

-Mira Rebeca, la constelación que está a su derecha es Escorpión, el signo de Yandira y representa la pasión, pero ¡ojo con él! porque igual que ama, odia. Su frase favorita:TE DESEO. Escorpión no mira, reta, sus miradas son como finísimas agujas que te atraviesan. Si te haces amiga de ella ¡ten cuidado!.

          Rebeca no dijo nada en absoluto tan solo le miraba y Salim apreció en su gesto deseos de escucharle, así que continuó interpretando las figuras que aparecían sobre el cielo nítido de Granada.

-La noche que estuve con Fátima le expliqué que esa figura que se ve allí y que parece una balanza es el signo de Libra y que ella tenía todos los rasgos de ese signo. Lo supe por la duda, dudaba de todo, por ejemplo al elegir una postura para hacer el amor, cuando creía que había elegido una, al instante se arrepentía y así varias veces. Al final lo dejamos para otro día, suerte que Sara estaba despierta y aproveché con ella. Le dije que ella podía ser una piscis porque suelen soñar despiertos. Al principio reía y estaba contenta pero cuando acabamos se puso triste y lloró. Tienen mucha facilidad para pasar de la risa al llanto. ¿Qué cual es? es aquel que tiene forma de pez, Rebeca, ¿lo ves?

          Rebeca permanecía en silencio y Salim continuó:

-No dices nada ¿Qué te sucede Rebeca, estás enfadada ? ¿Quieres que continúe? De acuerdo, ¿ ves aquella figura de alli que parece un toro ? pues es Tauro, ¿sabes a quién me recuerda? A Sara el día que mantuvimos relaciones. Me empujó con tanta fuerza que me aplastó contra el suelo ¡qué fuerza tenía la condenada! ¿ Continúo Rebeca ? ¡Mira aquél que parece un carnero! ¡aquél es Aries, es el único que se atreve a subir donde nadie se atreve, es capaz de acercarse al Sol aunque luego rectifique porque sería un error. ¿Sabías que Raquel es así? la noche que hicimos el amor quiso hacerlo al revés…ya …me entiendes, después rectificó y lo hicimos normal, está como una cabra! ¿pero sabes a quién me hubiera gustado hacerle el amor Rebeca? ¿no lo sabes?

          Y Salim gritó su nombre tres veces; a Dooolly, a Dooolly, a Dooolly. Rebeca, asustada o cansada vete tú a saber contestó:

BEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE   BEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

          Los guardianes alertados por los gritos comenzaron a ladrar. Salim les silbó y los calmó con una sola palabra:

          ¡Sentados, sentados!

TÍTULO FINAL : HUMOR ASTRAL Y AMOR BESTIAL BAJO EL CIELO DE GRANADA.

Por Daniel Lerma Vilanova

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