Empatía es lo que pocos afortunados tienen. Empatía es esa inteligencia emocional que algunas personas con mil carreras universitarias, doctorados y masters no conseguirán jamás por muchos estudios que tengan. Ver más allá de sus narices es algo que no han experimentado nunca. Entender que sus actos pueden hacer sufrir a otros, no es algo que puedan concebir. Hacen, deciden y actúan sin tener en cuenta a los demás. Sin tener en cuenta la historia que hay detrás de cada persona.
No es más listo el que más preparación académica tiene. Como tampoco es más rico el que más dinero tiene. Se puede ser muy inteligente emocionalmente hablando. Porque hay varios tipos de inteligencia, por si no lo sabíais. O eso dice la teoría de las Inteligencias Múltiples del psicólogo Howard Gardner. Según dice, cada uno de nosotros tenemos un tipo de inteligencia más desarrollada que otra. Existe la inteligencia lógico-matemática, la inteligencia musical, etc. Yo me quedo con la inteligencia emocional. Aquella que te hace ponerte en el lugar del otro. Pero, ¿que hacemos con aquellas personas que no la tienen? ¿Los damos por perdidos? Hasta ahora creía que no. Porque no es que sean tontos, es que tienen esa parte de su cerebro poco desarrollada. Porque si les damos de lado, su poca empatía se agravará. Porque es más fácil destruir que crear. Porque es más cómodo no pensar en cómo se pueden sentir los demás. Lo difícil es aprender. Aprender de nuestros malos actos o malas palabras. Prefiero enseñarles que para aprender de un error se ha de ser lo suficientemente humilde para aceptarlo, lo suficientemente inteligente para enmendarlo y lo suficientemente maduro para aprender de él. Hasta ahora creía que una persona con poca inteligencia emocional podía aprender. Y entonces llegan unos terroristas y se cargan a doce personas en el Charlie Hebdo. Y entonces mi teoría se desmorona.

¿Y ahora qué hago? ¿Cómo justifico lo que han hecho estos degenerados? No puedo justificarlos de ninguna de las maneras porque no hay justificación alguna. Ni religiosa, ni política. Porque lo que hicieron no tiene nada que ver con creencias religiosas. Si no, que se lo digan a los miles de musulmanes que salieron a la calle a manifestarse en contra del terrorismo. Entonces, ¿qué me queda? No puedo decir que los que irrumpieron en el Charlie Hebdo carecieran de empatía. Tengo grabado a fuego la imagen del policía que mataron a sangre fría en medio de la acera y eso no es carecer de empatía. Eso no es tener poca inteligencia emocional. Eso no es tener poca humanidad. Eso es no tener absolutamente NADA. Así que con estos no puedo. No puedo justificarles y decir que se hubiera podido arreglar su poca inteligencia emocional. Quizás por eso, porque sus cabezas, corazón y alma ya no tenían solución, ya no están entre nosotros.
Cristina Pino
«Inteligencia:Conocimiento, comprensión, acto de entender
Es una de las descripciones del diccionario de la Real Acedamía Española….
Nosotros somos los que debemos de tener capacidad de entender sus actos, ellos no.
Nosotros somos los que no podemos dejarnos llevar por el odio, el racismo, la xenofobia, ellos no.
Para ellos es muy sencillo. Colocan un chip automático, el de «aquel que es diferente, aquel que no piensa, no reza, no vive bajo mis dominios, a ese, hay que eliminarlo.». No hay más explicación… Queremos colocar una capacidad de raciocinio a quien no la tiene… tarea inútil.
¿Los debemos de dejar campar a sus anchas?… ¿A que precio?…. ¿Acortandos nuestras libertades?.
El Terrorismo se instalará por un tiempo entre nosotros, nos colocará una mirada recelosa hacía el que és diferente, nos hará ser más «quisquillosos» con los que no son iguales a nosotros… y es entonces cuando yo sentiré más miedo… por que no estamos capacitados para juzgar… no estamos aquí para eso… pero nos tomamos esa libertad… En fin… Tener miedo es bueno, pero que te lo instalen los que no entienden de igualdad, fraternitad y libertad… pues como que no…
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros?. Mirar con otros ojos, tender la mano a quien nos rodea y vigilar… vigilar que el odio y el rencon no anide en nosotros…
Gracias por tu texto Cris… me ha hecho reflexionar…
Isabel
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