La semana pasada, Laura, mi rubísima y glamurosa hermana pequeña, me manda un escueto sms : “Tengo que contarte algo”. Ya en ese momento imagino que más que contarme algo, lo que Lau quiere es” pedirme” algo. Ese es siempre su modus operandi: ella me envía un breve e intrigante mensaje, yo le envío otro preguntándole de qué va el asunto, y tras esperar todo el día a que me conteste, soy yo la que acabo llamándola para que me explique. Y entonces ella me pide algo: dinero, el coche, mi mejor jersey…
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