Un reto más; aprender a navegar…

Siempre esperando que llegara ese momento único y especial. Ese en el que dejaba volar mi imaginación a través de los cuentos que ávidamente mi padre seleccionaba.
Cada día cuando llegaba la hora de la cena solía engullir la comida en pocos minutos, pues sabía que lo que venía después era mucho más emocionante que cualquier exquisitez culinaria que se preciara. Sigue leyendo