Vivir sin ella

QUIQUE Y SAMUEL

– Ya viene papá. ¿escuchas los pasos? – susurra Quique desde su cama.

– ¿Estará de buen humor? – pregunta Samuel.

– No te preocupes Samu, si te haces el dormido no pasará nada. Métete ya en la cama -se apresura a decir Quique a su hermano.

Los dos hermanos apagan la luz justo en el momento en el que escuchan chirriar la puerta de su habitación. Sienten su presencia aunque no se atrevan a abrir los ojos. Saben que ha bebido así que es probable que esté de malas. Si viene de buenas, quizás les de un beso en la frente a cada uno de ellos, pero prefieren no arriesgarse. Siempre es mejor hacerse los dormidos. Sigue leyendo